Cómo proteger los ahorros de la inflación y devaluación

 

La degradación de los ahorros

 

Todos sabemos que el ahorro es uno de los objetivos principales que debemos perseguir si queremos hacer un buen uso del dinero que obtenemos de todo nuestro trabajo y esfuerzo.

Pero ¿por qué es tan importante y recomendable para todas las personas guardar e invertir algo de dinero? El motivo es muy simple: el ahorro, en términos económicos, es consumo o gasto que posponemos en el tiempo, con el único fin de que nos permita gastar o consumir más cuanto más tiempo lo guardemos.

Parece un juego de palabras, pero en realidad es una idea muy fácil: el ahorro aplicado a inversiones debería dejarte ver a tu dinero crecer, permitiéndote acceder a consumir más bienes o servicios en el futuro de los que podrías acceder si, a diferencia de ahorrar, lo gastaras hoy mismo.

Esta idea no debería sorprendernos, ya que, después de todo, el objetivo no es guardar dinero solo por el hecho de guardarlo, sino con la idea de que eso se transforme en el futuro en una mejora de tu bienestar personal o familiar, permitiéndote acceder a más comodidades, una mejor educación, un mejor automóvil o viajar al país que siempre quisiste conocer, entre otros muchos usos posibles. Ahorramos para tener un futuro mejor.

 

Guardar dinero es importante pero no suficiente

 

Comencemos por el concepto más básico de ahorrar. Supongamos que hay un teléfono móvil que te gustaría poder comprarte, que cuesta 500 dólares en tu país. Tú podrías hacer un plan muy simple y definir un plazo en el cual esperas poder reunir el dinero necesario y limitarte solamente a separar de tus ingresos una cantidad fija para alcanzar esa meta.

Si tu idea, por ejemplo, es poder contar con los 500 dólares en un plazo de dos años, podrías guardar 250 dólares por año (21 dólares por mes) y sería suficiente.

Este es el concepto de ahorro más tradicional, que muchas personas hasta el día de hoy tienen. Podemos asimilarlo a la idea tan común en las generaciones de nuestros padres y abuelos de “guardar dinero bajo el colchón”, y es un método bueno, ya que te comprometes con la disciplina de guardar dinero, y eso es de por sí una muy buena idea.

Pero este método tiene problemas…

 

Inflación

Tal vez no sea el caso de nuestro ejemplo del teléfono móvil, dado que sobre estos dispositivos el avance tecnológico es tan rápido que hace que un teléfono comprado hoy en poco tiempo sea ya obsoleto y su precio baje, pero la inflación es un fenómeno general, que afecta todas las cosas, y que consiste en la suba persistente de los precios de los bienes y servicios transados en una economía.

Lamentablemente, en América Latina nuestros países no tienen el mejor historial con respecto a la inflación, por lo que este fenómeno seguramente nos afecta o nos ha afectado a todos en algún momento.

Pensemos en la hiperinflación de Argentina y Brasil a fines de los ochenta, en las economías que se convirtieron en bimonetarias por la desconfianza de las personas hacia su propia moneda, o incluso en el caso extremo de países como Ecuador, Panamá o El Salvador que sustituyeron completamente sus monedas por el dólar por este mismo motivo.

Sobran ejemplos para comprender por qué el método de guardar dinero bajo el colchón no funcionará, y es que la inflación erosiona el poder de compra de ese dinero. Es muy simple: como los precios de todos los bienes y servicios suben, tú cada vez podrás comprar menos cosas con el dinero que tienes hoy bajo el colchón. Y lo que es aún peor, cuanto más tiempo dejes pasar, menos cosas podrás comprar.

Esto es, claramente, todo lo opuesto a lo que debería ocurrir con tus ahorros, ya que ni tú ni nadie se esforzaría por guardar dinero para perder poder de compra por cada día que pasa. Pero este no es el único problema…

 

Devaluación

Los países de América Latina, salvo excepciones, son importadores netos de ciertos tipos de bienes, como dispositivos tecnológicos, automóviles, vestimentas, etc. Al no producir esos bienes localmente, deben ser importados desde los países que sí los producen. Este hecho hace que el precio de estos bienes se fije o se forme considerando no solo el precio internacional de ese bien, sino también el tipo de cambio de tu país, esto es, el precio al que se compra y vende el dólar en el país donde tú vives.

Si decides ahorrar en la moneda local de tu país, entonces, la devaluación opera sobre tus ahorros en el mismo sentido que la inflación. Con la inflación, perdías poder de compra con el pasar del tiempo, es decir, cada vez podías comprar menos cosas con tus ahorros.

Con la devaluación, tus ahorros pierden poder de compra de dólares en el futuro, o sea, cada vez puedes comprar menos dólares a medida que pasa el tiempo. Esto ocurre porque, en términos generales, las monedas locales de nuestros países en América Latina han tendido históricamente a devaluarse frente al dólar.

Podemos ver que el método de ahorro basado en solamente guardar dinero bajo el colchón sin invertirlo tiene a la inflación y a la devaluación como sus principales enemigos, ya que ambos erosionan el poder de compra del dinero, pero no son los únicos: el otro gran problema de este método es que no permite que el dinero haga su trabajo, y todo el trabajo debes hacerlo tú mismo.

En otras palabras, al no invertir el dinero, no dejas que el mismo se aplique a usos que generan valor para la economía, y, en contrapartida, no recibes la remuneración correspondiente por tu capital.

 

Entonces, ¿cómo puedo hacer que mis ahorros trabajen?

Aquí es donde el concepto de invertir hace toda la diferencia, ya que invertir te permitirá, si lo haces bien, escapar al riesgo de inflación y devaluación, y obtener además un rendimiento por tus fondos. Al mismo tiempo, esta área es también la que más dudas genera en las personas sin experiencia financiera, haciendo incluso que muchas veces desistan de su idea de invertir… pero no debes preocuparte, ya que hay formas simples de invertir. Veamos, antes, a uno de nuestros principales aliados en inversiones: el interés compuesto.

 

La importancia del interés compuesto

El interés compuesto consiste en el efecto acumulativo que tiene sobre una inversión el hecho de reinvertir los retornos obtenidos cada período.

Pensemos el caso de una inversión de 1000 dólares que obtiene el 10% de rentabilidad anual y se mantiene 2 años, sin reinvertir los intereses. En este caso obtendrá al fin del período (1000*0.1) + (1000*0.1) = 200 dólares. Pero si, en cambio, se decidiera reinvertir los intereses recibidos el primer año durante el segundo, obtendríamos (1000*0.1) + (1000*0.1) + (1000*0.1*0.1) = 210 dólares.

Aunque los 10 dólares de diferencia pueden parecerte insignificantes, son totalmente clave en el largo plazo.

Cuanto mayor sea la cantidad de dinero que pones a trabajar y cuanto mayor sea el plazo que lo mantienes, mejores serán los resultados por el simple hecho de que el interés compuesto existe y funciona, como una regla matemática.

Fuente: Saks Global

(Ejemplo: inversión inicial de 3.000 dolares, con ahorro mensual de 200 dólares durante 10 años y interés anual de 10%. Si no fuera por el interés, solo el ahorro generaria 25.000 dólares, por el efecto del interés compuesto se alcanzarian 48.000 dólares – casi el doble )

De esto último podemos concluir que cuanto antes comiences a invertir, será mejor, ya que permitirás al interés compuesto más tiempo para hacer su trabajo. Pero ¿en qué invertir? Bueno, esta pregunta no tiene una sola respuesta y dependerá del perfil de cada inversionista: habrá personas más arriesgadas y personas más conservadoras.

Para cada persona, por lo tanto, existirá una combinación de inversiones que será su mejor opción, la que mejor se adapta a su perfil.

 

La combinación entre acciones y los bonos

Sin entrar en aspectos demasiado técnicos, hay algo que se cumplirá siempre: cuantos más instrumentos de renta variable (acciones) incorpores a tus inversiones, mayor será el riesgo, o sea, más probable es que debas ver, al menos temporalmente, pérdidas en tu inversión.

Al mismo tiempo, cuantos más instrumentos de renta fija (bonos) incluyas, más estables serán los resultados de la inversión. La contrapartida de todo esto es que, debido al mayor riesgo que asumes, los instrumentos de renta variable dan en promedio retornos muchos mayores que los de renta fija. Todo esto para concluir que lo mejor en casi todos los casos será buscar la combinación de acciones y bonos que mejor se adapta a tu perfil.

 

Simplificar el proceso de inversión

En Saks Global tenemos disponibles portafolios creados por especialistas, que son soluciones de inversión muy simples, ya seas un inversionista con cierta experiencia o uno que recién comienza su camino en inversiones.

Estos portafolios no requieren que tú lleves a cabo decisiones de inversión específicas, sino que están pensados para funcionar automáticamente. Adicionalmente, al construirse con fondos listados en bolsa (ETFs), logras diversificar tus colocaciones, que es otro de los principios básicos en inversiones.

Además estos portafolios estan creados en dólares, por lo que te proteges de la devaluación de la moneda local.

portafolios de inversion

 

En definitiva, a través de estrategias de inversión sumamente sencillas, es posible que inviertas tus ahorros, mitigando el riesgo de inflación y devaluación, y obteniendo un retorno por tu dinero.

Lo único que necesitas hacer es tomar la decisión de comenzar a invertir y seleccionar algún portafolio que se adapte a tu perfil, algo en lo que Saks Global podrá ayudarte. Luego de hecha la primera inversión, y siempre que dispongas de ahorros disponibles, será muy importante que los destines a incrementar la inversión original, ya que la recurrencia es otro de nuestros grandes aliados para aplicar eficientemente el dinero que guardamos.

 

¿Cómo empezar a invertir?

La mejor forma de comenzar es utilizar plataformas de simulación (simulador de inversiones), con dinero virtual, para y buscar cuales los son los activos que mejor se adaptan a tus objectivos y de esta manera comenzar poco a poco a percibir cómo funcionan.

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