Alemania emite bonos a 30 años sin pagar tasa de interés

 

El mundo con tasas negativas: Alemania emite bonos a 30 años sin pagar tasa de interés

La situación de los mercados financieros internacionales posterior a la crisis de 2008 no ha dejado de producir comportamientos paradójicos y hasta contra intuitivos.

Las políticas monetarias extremadamente expansivas en las que se embarcaron los bancos centrales de las principales potencias del mundo llevaron a ciertas situaciones de equilibrio en las que los valores de las variables económicas distan ampliamente de lo que estábamos acostumbrados a ver en el pasado. Estas políticas monetarias, no solo incluían recortes de tasa de interés hasta niveles mínimos históricos, sino que se complementaban con políticas de quantitative easing (esto es, expansión monetaria mediante la compra de instrumentos financieros).

El resultado es el conocido: economías con bajas tasas de inflación, pero con tasas de interés en muchos casos negativas, como ocurre actualmente en Alemania.

Lo contra intuitivo (o, al menos, inusual en el esquema económico habitual) es pensar que, por mantener un depósito en euros en un banco, el depositante de los fondos deba tener que pagar dinero al banco a diferencia de recibirlo. Sin embargo, es lo que ocurre actualmente, en particular en euros.

En este contexto es que debe interpretarse el sentido económico de que un país, como Alemania, pueda financiarse, es decir, que los inversionistas estén dispuestos a prestarle dinero a devolver en 30 años, sin tener que pagar tasa de interés alguna.

Ayer (21 agosto 2019), Alemania emitió un Bono a 30 años con tasa de interés de 0% – fue la primera vez que ocurrió para Alemania una situación como esta.

 Alemania: Bonos a 30 años (evolución de la Yield)

Fuente: Reuteurs

Este bono alemán a 30 años se opera por encima de la par, lo que significa, simplificadamente, que tiene un rendimiento al vencimiento incluso negativo. Los inversionistas, de cierta forma, están “pagando” para prestarle dinero a Alemania.

Obviamente, por más paradójico que suene, tiene sentido económico. En otras palabras, colocar fondos en un bono con estas características tiene sentido económico ya que es una alternativa a un depósito a plazo que le producirá al inversionista un rendimiento negativo. Más aún si la expectativa es que el escenario recesivo se prolongue, lo cual empujará a los bancos centrales a expandir aún más su política monetaria, llevando los rendimientos de los instrumentos de renta fija a terrenos aún más negativos.

Debemos acostumbrarnos, además, a que esta situación se convierta en “lo normal”. En la medida que las economías del mundo se acercan a escenarios recesivos, esto impondrá que los bancos centrales insistan en sus políticas monetarias expansivas (más recortes de tasas de interés) . Ya lo vimos recientemente de parte de la Fed y, también desde bastante tiempo atrás, del Banco Central Europeo.

Algunas estimaciones sugieren que ya hay un total de 15,000,000,000,000 (15 millones de millones) de dólares en el mundo colocados en instrumentos de renta fija que no pagan interés o que tienen rendimientos directamente negativos. Se trata esencialmente de deuda soberana, es decir, deuda emitida por países.

El fenómeno de deuda corporativa (de empresas) con rendimiento negativo, sin embargo, es más nuevo y solo ha superado recientemente el nivel de 1 millón de millones de dólares.

De todas formas, es una tendencia clara y sostenida a la que deberemos estar preparados para entender, aunque resulte contraria a nuestro esquema usual de variables económicas .

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